lunes, 22 de septiembre de 2014

Vuelta al cole...

Vuelta al cole.
A los madrugones.
Al frío mañanero al salir de la ducha.
A los jerseys de cuello vuelto.
A las botas de agua.
A que se haga de noche a las 6.
A las tardes de centro comercial.
A la mantita de borreguillo de la tía Carmina para las tardes de sofá.
Al café de las 11 con las compis.
A la imagen del mapache cual subcomandante Marcos con gorro y bufanda hasta la nariz.
A las noches de peli, manta y palomitas (a poder ser con el sonido de la lluvia en los cristales).
A las comidas de chicas con mamá de los viernes.
A las salidas de la guardería cual mujer orquesta con los bártulos del mapache 
A los cocidos madrileños de la abuela Sisa.
A los temas de gramática, de literatura, de sintaxis...
A las clases de nocturno de los jueves.
A los mil intentos fallidos de bajar al gym.
A los paseos de los domingos con olor a castañas asadas por la Calle Real.
A las botas altas que tapan calcetines de mil colores.
A las lentejas, el potaje y el caldo gallego.
A la depre dominguera.
A la liga de fútbol...

Haciendo balance... tampoco está tan mal, ¿no?.

Feliz vuelta al cole!!!!












miércoles, 17 de septiembre de 2014

Regálame un poema

Esta semana papá-Carlos me regaló un poema; no se crean que aquí a mi partenaire le ha dado por la escritura (no conozco a nadie con tanta capacidad de redacción y tan pulcro para la ortografía y la corrección sintáctica y, al mismo tiempo tan poco dotado de creatividad lírica). El caso es que estábamos desayunando tranquilamente en una terraza, disfrutando de las vacaciones y el buen tiempo, cuando de pronto llamó mi atención un chico con un puñado de papelillos escrupulosamente enrollados en canutillo y ataditos cada uno con un pequeño lazo.

Por la calle Real de Coruña uno se encuentra, como por tantas calles de tantas ciudades, con todo tipo de artistas ambulantes: mimos, violinistas, payasos que ofrecen espectáculo para los más pequeños,... y allí de pronto, plantado en el medio de la calle, había un chico delgado, desgarbado, con un sombrero viejo y unos pantalones cortos con deportivas y corbata que vendía POESÍA. Y una, que se metió a filóloga para desentrañar los versos de los poetas populares, de aquellos que creían que la poesía nacía en la calle y a poder ser copa en mano, no pudo menos que pedirle a papá-Carlos que le regalara un poema. Y el regalo fue perfecto. Así que yo no puedo menos que prestárselo sin juzgarlo, sin valoraciones, sin que me pertenezca ni a mi ni a ustedes, ni siquiera al tipo desgarbado que nos lo vendió:

                                  La verdadera revolución (I)


                                       La llama de la Revolución se ha prendido de nuevo,
                                       el mundo entero ha comenzado a arder,
                                       y esta vez no, esta vez no,
                                       el fuego ya no podrá ser sofocado...


                                       Pero antes de alzar mi antorcha
                                       junto a la del resto de mis compañeros,
                                       he de iluminar con ella mi interior
                                       para encontrar así mi verdadera esencia...


                                       Yo, que ni soy bohemio, ni soy loco,
                                       ni soy niño, ni soy poeta siquiera,
                                       yo, que soy solo materia, solo partículas,
                                       parte del todo...


                                       Yo que soy la palabra escrita
                                       y la voz muda
                                       de esos cuerpos inertes, sin vida,
                                       que se deshacen en las guerras...


                                       Como se deshacen las gotas de lluvia
                                       sobre la piedra caliente
                                       en un día de sol ardiente
                                       cualquiera...
                                     


                                                   www.saulpushkin.tk


Pd.: Hoy me lo vuelto a encontrar, se acercó a mí para preguntarme si me había gustado, y si había tenido tiempo de entrar en su página web para leer otras cosas que tenía escritas; respondí con un simple "sí" y una sonrisa. Si se lo encuentran, cómprenle un poema, porque, ¿no es genial que haya tipos por la calle que vendan POESÍA?.

Disfruten del miércoles...de lo que queda.