domingo, 29 de junio de 2014

Altea

Como lo prometido es deuda, ayer papá-Carlos, el mapache y yo nos fuimos a Altea a sacar algunas fotillos para ilustrar debidamente este post, para que a todos ustedes les entren unas ganas locas de conocer esta joyita del Mediterráneo. 

Bueno, por esto y porque una está enamorada de Altea desde hace años y cualquier excusa es buena para volver y pasear por sus calles empedradas, visitar la Torre Galera o la Torre Bella Guarda (antigua torre vigía situada en el barrio del mismo nombre), subir la cuesta de alguna de las calles que llevan al pueblo antiguo cuya iglesia, Nuestra Señora del Consuelo, corona el pueblo con sus dos emblemáticas cúpulas azules.

Tanto la plaza como toda la parte antigua están repletas de terracitas súper agradables con una oferta gastronómica muy variada y para todos los bolsillos, además de pintorescas tiendas de artesanía y riquísimas heladerías; por cierto, no se pierdan los helados alicantinos, yo ayer me di un pequeño homenaje después de la cena porque pensé que después de subir una cuesta pronunciada y empedrada empujando una silla con un niño de dos años de algo más de trece kilos, ¡me lo había ganado!, bueno por eso y porque si no engordo dos kilos en vacaciones parece que no me quedo contenta, pero eso es otro tema y daría para muchos post, y el propósito del presente era recomendarles Altea. 

Espero que les gusten las fotos y si alguna vez tienen la ocasión de conocer este maravilloso paraíso, ya me contarán.













lunes, 23 de junio de 2014

San Juan desde el Albir.

Estamos de vacaciones!!!!: Sol, playa, terraceo,...así que si me quejo en este post, tienen permiso para mandarme a algún sitio remoto (las madres no decimos palabrotas). 

El viaje nocturno resultó estupendo y muy recomendable, si tienen niños pequeños. El mapache estuvo muy entretenido la primera parte del viaje y después de la cena se quedó dormido. A Papá-Carlos le sentaron fenomenal la siesta y los cafés, así que cuando llegamos a nuestro destino, a las 5:00 de la mañana, tenía los ojos como una lechuza y estaba tan fresco que yo creo que hubiese tirado hasta Gibraltar y aún allí le hubiesen quedado fuerzas para montar gresca y reclamar el Peńón. De manera que el aterrizaje no ha podido ser mejor y hoy, lunes, ya estamos todos recuperados del desfase horario y el mapache ya corretea por la zona en pañal como un niño gitano (siempre me propongo que esté monísimo también en vacaciones y siempre fracaso en el intento, pero de vacaciones y en la playa todo vale, no?); eso sí, huye del agua como de la peste negra, así que cuando tratamos de acercarlo a la piscina o a la orilla del mar grita: "mumiiiiir", y por más que sus tíos le han comprado flotadores de seguridad, ranas acuáticas y disparadores de agua con forma de mono, no hay manera,... igual es que ha salido de secano,... en fin...

Plan para hoy: hoguera de San Juan!!!!, y que mejor sitio que el Levante para esto del fuego y las hogueras. Aquí en la playa del Albir (Alfaz del Pi) se celebra en plan tranquilo y familiar, hoguera pequeña, puestos de bebidas y bocadillos, alguna actividad para los más pequeños y todo esto amenizado con música estilo verbenero. No sé qué les parece a ustedes, pero yo estoy deseando el plan, y les invitaría a todos a que se apuntasen, y si no vienen a la hoguera, desde luego el pueblo no se lo pierdan, Mediterráneo en estado puro y turismo tranquilo a 10 minutos andando de un pueblo que es una auténtica joya: Altea (prometo post).

Ahora les dejo porque el mapache ya lo ha revolucionado todo y papá-Carlos está en su momento "mundial", ¿recuerdan el trato?.

Feliz día de San Juan a todos, que la noche más larga del año les sea propicia, quemen en la hoguera todo lo malo y empiecen la segunda parte del año con buen pie; yo por mi parte les mando un saludo a mis paisanos de A Coruña porque ahora que no nos oye nadie, nuestras hogueras no les tienen a estas nada que envidiar...


lunes, 16 de junio de 2014

Lectura en vacaciones

Como les comentaba hace unos días, los preparativos de las vacaciones están ya en marcha, y una de las cosas que más me apetece de los días de asueto y descanso es leer, sí señores, ¡leer!. Las que son madres sabrán que los niños pequeños y la lectura no se llevan excesivamente bien, así que desde que nació el mapache he leído más bien poco y si les digo la verdad, me siento un poco mal, porque el placer de leer un buen libro... ¡Es un gran placer!, y si a eso sumamos la sensación de poder hacerlo cerquita del mar, con sol y sin nadie que nos moleste, se convierte en una verdadera catarsis. ¿La propuesta para estas vacaciones?, el último libro de Almudena Grandes: "Las tres bodas de Manolita".
Para aquellos que no lo sepan, les diré que se trata del tercer libro de una colección,  "Episodios de una guerra interminable", que recrea capítulos poco conocidos de la posguerra y la dictadura franquista como telón de fondo de historias de ficción cargadas de sentimientos, contradicciones y donde las mujeres tienen un evidente peso y protagonismo. Los dos títulos anteriores son absolutamente recomendables, "Inés y la alegría" y "El lector de Julio Verne" y su autora, ya saben, garantía  de éxito.


Espero que les sirva la recomendación, yo por mi parte iré negociando con papá-Carlos algún tiempito al día en soledad para dedicárselo a la lectura; a cambio prometo, desde aquí, hacer lo propio con sus partidos del Mundial de fútbol y para dejarle tranquilo, llevarme al mapache a tomar un helado.

Buenas noches y ya saben,...les seguiré contando...


viernes, 13 de junio de 2014

Planeando el veraneo!!!!

Es viernes y falta sólo una semana para las vacaciones, así que entenderán perfectamente el entusiasmo con el que se levanta una, y aunque la semana anterior al veraneo (me encanta la palabra "veraneo") es un poco estresante por los exámenes, las juntas de evaluación, los alumnos adolescentes revolucionados por la llegada del calor, los preparativos del viaje,... el fin, merece la pena, así que me paso toda la semana como una niña pequeña la noche de Reyes, ¿qué quieren?, ¡yo soy así!.

El destino, siempre el mismo, un rinconcito del Levante por cortesía de la familia de la Riva-Muñoz (tíos de papá-Carlos y por supuesto, míos) que nos ceden cada año un apartamento a toda la familia para que nos vayamos turnando en plan vivienda en multipropiedad; ¡son únicos!

El año pasado fueron nuestras primeras vacaciones con el mapache, y aunque papá-Carlos se empeña en decir lo contrario, porque su memoria es selectiva y lo recuerda idílico, la organización no fue todo lo buena que sería deseable. Para empezar, el viaje se hizo laaargo como un día sin pan, y aunque paramos en Madrid para descansar y ver a la familia, las horas de coche se hicieron eternas, con un niño que quería salir a toda costa de la silla y con la canción del Tallarín (los padres y madres la conocerán) como única elección posible de entre tooooodos los CDs que habíamos seleccionado para el viaje.

Tampoco llevamos cuna plegable porque decidimos que un niño de un año podía dormir perfectamente en una cama nido sin barrera de seguridad, de manera que aquí, mi amigo el mapache, amanecía día sí día también en el suelo o en la cesta de la playa (os juro que lo de la cesta es verdad) por mucho que lo rodeásemos de cojines y maletas a modo de barrera.

Y todo esto por no hablar de la playa. Papá-Carlos y una servidora somos unos apasionados del poner la barriga al sol y del no hacer nada, así que una bolsita, dos toallas y dos buenas tumbonas son suficientes para tocar el cielo. Pues ni bolsita ni tumbonas ni nada de nada,  porque papá-Carlos se bajaba todos los días a primera hora a coger sitio a la playa, cual hombre orquesta, es decir, cargado con silla, piscina hinchable, mochila de juguetes y sombrilla XXL,... vamos, un panorama.

Así que este año nos vamos a organizar muuuucho mejor. Para empezar, vamos a hacer el viaje de noche, así el mapache duerme y nosotros nos cruzamos la meseta en plan romántico, a la luz de la luna, que tiene su punto. El equipaje en el maletero junto con la cuna plegable, neverita con provisiones y termo de café. Hora de salida: 18:30 (después de una buena siesta) y parada a las 21:00 para cenar, estirar las piernas y poner el pijama al mapache, con su peluche de Pocoyó y sabanita preparados. Carretera y manta. Hora prevista de llegada 5:00 aproximadamente. ¿Cómo lo ven?, les iré contando... Disfruten del viernes!!!!!

martes, 10 de junio de 2014

Me estreno como blogger!!!!!

Esta mañana me las aventuraba muy felices para la creación de mi primer post, "la ocasión la pintan calva", se suele decir, y yo tenía la ocasión perfecta. Había pensado hasta en un título: "Niños de arras", porque, sí señores, tenemos boda en la familia y estamos todos entusiasmados y con un montón de preparativos. Pues bien, hoy tocaba prueba de trajes para los más pequeños y era la disculpa perfecta para imitar a las buenas bloggers de estilo y además presentarles al Mapache, que por cierto, está para comérselo. Así que salgo del trabajo deprisa y corriendo, meto el coche en un parking de esos de rampa en bucle que marea solo de pensarlo, llego a la esquina donde previamente había quedado con mi madre para hacer el traspaso de poderes de abuela a madre y que la mujer se pudiese ir a la peluquería, a airearse o a la China comunista, y noto ya al enano "revirao" y con décimas de fiebre, veo además que se engancha a mi cuello como un candado y eso es mala señal, de ahí no lo apeamos. Llego a la tienda donde he quedado con otra de las mamás y cuando vamos a probarle el traje, empieza el dramón, como si lo estuviese matando, cada vez más calor, y más lágrimas y más gritos de papá-Carlos que hace que la gente se gire y se pregunte "¿cuantos padres tendrá este niño para tener que especificar?". En fin, que salgo de la tienda sin una triste foto que enseñarle a la novia ni que colgar en este blog, sudando la gota gorda, tratando de hablar con la otra mamá pero sin enterarme demasiado de nada y pensando ya en como voy a bajar la rampa-bucle del parking, que no tiene ascensor, con una silla, un niño con fiebre enganchado a mi cuello como un candado y una caja llena de coronas de flores para que las enanas luzcan perfectas el día de la boda. Así que bajo al niño y las coronas, lo meto en el coche con la llantina ininterrumpida y subo otra vez los dos pisos de parking como una posesa para recoger la silla mientras me pregunto si será viable tener otro hijo y "guasapeo" con mi cuñada acerca de los trajes, la fiebre del Mapache..., y me dirijo a recoger a papá-Carlos para acabar con el papelón en urgencias, donde ya todos conocen a papá-Carlos y a la bruja de mamá, que es la que permite que ausculten al Mapache, le miren los oídos, la fiebre,...

Ahora el Mapache duerme, ya ha estado tocando la guitarra y montando a Mr. Potato, porque aquí, mi amigo, es un "yonki" del Apiretal, y ya no tiene fiebre; mientras tanto, mamá se ha quedado sin súper post de "boda con estilo", pero eso sí, tenemos una súper foto de la pulsera de urgencias para fardar con las abuelas mañana a la hora del café con "cocho" y con la que mamá nos ha entretenido en la consulta diciendo lo bonita que era y lo guapos que estábamos con ella.

Así que esto es todo por hoy, nos vamos a quitar las bailarinas y a rezar para que el Mapache tenga dulces sueños...

Buenas noches.