lunes, 30 de noviembre de 2015

¡Tendera!

¡Tendera!. Así, como lo leen. 

En todas estas semanas previas a la presentación de esta aventura, las expresiones "shop on line", "emprendedora", me sonaban tan tan por encima de mis posibilidades, que la palabra "tendera" me pareció perfecta. Por esto, y porque yo en realidad soy filóloga hispánica, y algo purista, así que tanto préstamo inglés me rechinaba un poco. 

¿Y qué vende esta tendera?, pues artículos infantiles. El mundo de los niños se ha convertido en mi mundo, y las telas son una especie de pasión extraña que tengo desde hace tiempo. 

La primera colección de "Con bailarinas" sale a la luz con la misma pretensión con la que una niña pequeña llega a casa con un dibujo para sus padres, con la ilusión de que a ustedes les guste, para que este puñado de bolsas, mochilas, chupeteros y banderines puedan dar paso a las mil ideas más que rondan por mi cabeza. Así que les presento todo esto con los mofletes colorados y un pelín de complejo. ¿Qué quieren?, yo soy así.

Me parecía también algo inapropiado y de ínfulas de diseñadora, rellenar este post con mil agradecimientos, pero aún a riesgo de resultar pedante o de que me confundan con Almodóvar recogiendo un Óscar, hay algún agradecimiento que no puede faltar, aunque prometo ser breve: gracias a papá Carlos por  el entusiasmo y la fe; a mí madre le agradecería el hecho de desenfundar la máquina de coser y ponerse a hacer banderines como una loca, pero sería quedarme muy corta; a mi cuñada por ser una especie de tamiz y por sus mil ideas; a Vane por ser mi otra mitad en este proyecto y ponerle tanta ilusión por tan poco; a Patri por empezar conmigo esta aventura (te espero) y a todos, todos los que conociendo esta locura, me han animado a continuar con ella porque creían que me podía hacer feliz. 

¡Espero que les guste!.